En Cabo Verde hay cantidad de gente que busca ganarse la vida con la venta ambulante fuera del circuito normal de las tiendas. Principalmente, son gente que vende los productos que ellos mismos producen en sus casas o en sus campos. También los hay que compran en los almacenes y van casa por casa vendiendo.

No pagas más caro que si adquieres en las lojas o tiendas del barrio y tiene la comodidad de que te lo acercan a casa, te lo ponen en la puerta. Fundamentalmente, venden verduras, queso fresco de cabra, carne que han matado en el día, pescado también recién pescado y productos de aseo y limpieza, fundamentalmente. También hay quien va vendiendo ropa y zapatos, pero estos son menos pues, como os comentaré más adelante, son vendedores callejeros más que ambulantes.

Desde que me han localizado ya no tengo que salir de casa para poder hacer la compra. El chorreo de vendedoras —sobre todo, son mujeres las que se dedican a la venta— casa por casa es constante. También el pescado, como vivo cerca del puerto, vienen a ofrecérmelo para hacer una venta rápida y ahorrarse dar vueltas. Por mi condición de «extranjero» también me traen productos que tienen más difícil vender, como son langostas (aquí las llamas lulas), percebes, lapas… que esto sí que no lo encuentras en ningún sitio fuera de este circuito.

Esto tiene sus ventajas y «su inconveniente»: que hay días que ni salgo de casa, sobre todo, los calurosos. Otro inconveniente es que no entienden la hora de la «siesta» y llaman a la puerta justo cuando estás descansando. Estoy tentado de poner un cartel en la puerta limitando las horas de venta a fuera de las horas de siesta… jajaja.

Esta venta ambulante tiene la ventaja de que te traen a casa productos frescos recién recolectados como son: plátanos, frutas tropicales y hortalizas de temporada. Un ejemplo claro de esto es la batata, que ahora es la temporada; ves un montón de gente vendiéndola por las calles. La batata es «su patata» pues a la patata que nosotros conocemos la llaman patata inglesa. Además, suelen traer cosas que no encuentras en las tiendas, como perejil, remolacha… Lógicamente, también traen lo que puedes encontrar en las tiendas y productos que aquí ya se han vendido todos o ya están fuera de temporada pero se producen en otras islas o se importan. También puedes encargarles algo que necesitas y, si está a la venta, ellos te lo buscan y te lo traen.