Cuando llegas a Cabo Verde, escuchas con frecuencia la frase «No stress», frase que incluso ves escrita en algunos carteles y como «decoración» dentro de locales. El tema es que aquí no es una frase retórica como puede ser «de Madrid al cielo», por ejemplo. Es un lema que se cumple y, en algunos casos, se lleva a rajatabla. Es una situación que difícilmente se saltan.
Cuando llegas de una civilización donde la prisa manda, el resolver las cosas rápidamente es prioritario, el no tener tiempo para establecer relaciones y contactos, cuando tu vecino es un desconocido y difícilmente la relación pasa de un «buenos días», no llega ni a un «¿cómo está usted?», y te encuentras donde las cosas llevan otro ritmo, donde casi todo el mundo se conoce, donde hay tiempo para compartir, incluso establecer largas conversaciones, donde todas las cosas tienen su tiempo, te quedas un poco DESCOLOCADO.
Lo primero que tienes que aprender es a olvidarte del reloj y las prisas para acomodarte a otro ritmo. Si no lo haces, estás PERDIDO, porque entonces vuelves al «stress» que debías haber dejado cuando tomaste el avión hacia otro mundo. Debes aprender que tu interlocutor está acostumbrado a eso y que tú difícilmente le vas a alterar. Le puedes hablar de necesidad, que pagas al contado, todas las razones que se te ocurran, que su ritmo es su ritmo y no va a venir «uno de fuera» a cambiarlo. Primero hablamos y luego me dices lo que quieres.
Esta situación te puede llevar a engaño, a pensar que esta gente no tiene interés en progresar y mejorar. Lo que descubres es que hay otros valores. Lo que te puede parecer dejadez y falta de energía, para ellos es calidad de vida.
Os voy a poner algún ejemplo que, aunque puedan parecer nimios, cuando llevas un tiempo viviendo en Cabo Verde ves que reflejan una forma de vivir, que el no stress es una forma de vida, que cada cosa tiene su tiempo y hay que dedicárselo.
La peluquería, que en España hace tiempo era un sitio de relación y conversación; aquí sigue siendo, simplemente, eso. No se pide la vez, ni se pregunta cuándo me toca, para aprovechar para hacer otras cosas. La gente se sienta a conversar, a jugar al ajedrez y a otro juego autóctono, que todavía no he preguntado por él ni cómo se juega. Es tiempo de peluquería y eso lleva su ritmo y su tiempo.
Tú entras en un bar a comer y sabes que eso lleva su tiempo, que incluso comiendo de menú no es llegar y besar el santo. Todo tiene su orden riguroso. Uno detrás de otro. El que sean muchos los comensales no va a alterar el ritmo ni de la cocina ni de los camareros. No oyes una sola propuesta, se espera tranquilamente hablando con el vecino y tomando una bebida hasta que te llegue el turno. Es una norma que todo el mundo sabe y todos también saben que comer lleva su tiempo. Si tienes prisa, no vayas, no sea que te estreses.
Yo creo que tienen una filosofía de trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Tengo lo necesario para vivir, pues a disfrutar de mi tiempo. Aunque, muchas veces, por desgracia, ese tiempo te lo proporcione la falta de trabajo.
En definitiva, que debes acostumbrarte a sus ritmos. Al principio, cuesta. Sobre todo, porque tienes urgencias para montar la casa, no has dejado atrás las prisas. Hay que aprender que los horarios son una referencia, nunca un fin. Yo es lo que peor llevo, pues nunca me ha gustado ni esperar ni que me esperen pero, a base de ver que son felices así, por qué no adoptar el lema «No Stress». Al principio, esperaba en todos los sitios y por todo, pues yo creía que la hora era la hora. Pues, no. La hora es cuando se llega o cuando se empieza. Una de las primeras palabras que aprendí fue «gosin» que significa ahora, pero es un ahora muy especial, es un cuando toque. La intención es buena, pero te puedes encontrar con alguien, te puede surgir algún imprevisto, pues eso es lo que se hace en ese momento lo otro ya llegará, cada cosa a su momento. Tu prioridad no coincide con las suyas. No quiero decir que eso sea perfecto pero es su forma de ser y actuar, todo tiene un gosin o un no stress.
Hay que ejercitar la paciencia, siempre se ha dicho que las prisas son malas consejeras. No debes olvidar que cuando ellos están contigo, tienen paciencia contigo y hay un gosin para los demás.
En definitiva, si en Cabo Verde quieres ser feliz, sigue su lema «No Stress» porque, en definitiva, es CALIDAD DE VIDA, aunque sea difícil de entender.
P.D. La única persona que puede alterar este ritmo y filosofía es mi amiga Djuly que, con su vitalidad y fuerza, ha conseguido el récord: que le hagan una cama en un día y un montón de sillas y mesas en dos semanas. Por eso, recurro a ella en algunas ocasiones.
auténticos placeres conversar, mirar el paisaje, pensar, no pensar, tranquilidad. El tiempo no existe. Besos
Gracias! Me viene en el
Mejor momento . Trataré de no olvidarlo! Un abrazo
Mar ( por cierto intente enviar comentario tes veces … me daba error , lo mismo sale tres veces ! )