Este fin de semana he disfrutado del “V festival del café de Fogo” que se celebra en Mosteiros. Hace mucho tiempo tenía conocimiento de que en Cabo Verde se cultivaba un café muy apreciado en algunas de sus islas, fundamentalmente Fogo y Santo Antao, además de Santiago, Brava y San Nicolau.
El café de Cabo Verde tuvo reconocimiento pero fue perdiendo poco a poco, aunque últimamente lo está recobrando. Hace poco la cadena Starbucks compró toda la producción, al menos en la isla de Fogo.
Hay elementos que hacen especial a este café: la altitud donde se produce y un especial clima y humedad, pues se cultiva en la parte alta y húmeda de las montañas.
La mayoría de la producción se comercializa bajo el nombre de Cafés de Cabo Verde, aunque Fogo comercializa su café con su propio nombre a través de la empresa Dja´r Fogo. Esta empresa antes, por 100 escv ( menos de 1 euro) enseñaba a los turistas el proceso de secado, molido y tueste del café y les daban un cafelito, pero desde el año que vendió toda la producción dejaron de hacerlo. Poca vista comercial…
Es un café totalmente ecológico durante todo el proceso. Hasta el molido y tueste lo hacen, normalmente, las mujeres de las familias de forma artesanal. Solo en la fábrica el tueste y molido se hace a gran escala. En las familias se va tostando y moliendo de forma totalmente artesanal a medida que lo van necesitando. Los días de tueste el olor es una maravilla. Yo tengo cerca de casa una pensión que tuesta su café en un descampado y ese día está todo perfumado.
La producción no es muy abundante, por eso se suele hacer acopio de ella. Una gran parte lo compra la fábrica que existe en Mosteiros, otra parte la venden directamente los propios productores, pues le sacan algo más de dinero, y un tercer camino se usa como intercambio para pagar la cuenta que se suele tener en las lojas.
En esta época da gusto ver los tejados de las casas, que empiezan teñidos de colorado y terminan marrones. Van cambiando, casi cada día, de color. Mis amigos Djuly y Pedro han comprado más de cien kilos para tener para casi todo el año y lo tienen secando en su terraza.
Bueno, volvemos al fin de semana. Se realizan actos culturales y deportivos, conferencias, concursos de bolos de café (bizcochos) y del mejor café y un mercado de artesanía.
Todo termina con lo que no puede faltar en cualquier celebración Caboverdiana: la música y el baile. Este año han traído a una banda que, dentro de mis humildes conocimientos, me ha parecido muy buena y grandes dominadores del espectáculo.
Hay que hacer mención, como no, al ritmo que tiene esta gente. Me maravilla cómo son capaces de sacarle distintos movimientos a un mismo ritmo. Cuando tocan determinadas canciones que son como patrimonio de los caboverdianos, se vuelven como locos, bailan a ritmos increíbles mientras cantan las canciones.
Bueno, eso es todo, solo que a partir de ahora compréis café de Cabo Verde cada vez que lo veáis por ahí.
leerlo y recordar el aroma del buen café es todo uno. Besos