El empedrado
Como os he comentado en alguna otra ocasión las calles y carreteras son empedradas. La base sobre la que se hacen y sujetan las piedras es arena. Esto produce un problema que es el crecimiento de hierbas entre las piedras. La parte que corresponde a las rodaduras de los coches se va perdiendo por el circular de los mismos pero, el resto, hay que limpiarlo para que no se levanten las piedras. El trabajo es ingente pues hay que hacerlo a mano. Pues las piedras, aunque son bastante lisas en la parte superior, no lo son lo suficiente como para poder hacerlo con una azada o escardillo. En Mosteiros, las mismas mujeres que hacen la limpieza de la calle, son las que realizan ese trabajo. Trabajo duro, pues lo tienen que hacer con las manos y prácticamente arrodilladas o sentadas en un banquito muy bajo que les permita llegar bien a la hierba. Las manos, a pesar de los guantes, sufren un montón, que agrava el tener que trabajar al sol y con bastante calor.
No me atreví a sacar unas fotos de ellas realizando el trabajo, un poco por pudor. Esta misma labor hay que hacerla en las carreteras. Ahí si es más frecuente ver a los hombres realizar este trabajo. Afortunadamente, en la época seca las hierbas salen menos y se agostan solas.
Los difuntos
Una cosa que llama la atención es el respeto y veneración por los difuntos y sus familias. El velar a los difuntos y presentar condolencias a la familia es casi como una obligación para los amigos y conocidos del difunto y su familia, pues ir a mostrar las condolencias se considera la manera más alta de mostrar la amistad que quedará sellada de forma fehaciente con la presencia durante la semana que dura el duelo principal.
Todo este duelo lleva unas reglas que se respetan absolutamente y dentro de las posibilidades económicas de la familia del difunto. Os explico por qué (lo que os relato ahora me lo ha contado Djuly, pues yo todavía no he asistido a ningún velatorio). La familia permanece una semana en casa saliendo sólo para el entierro. Se hace el funeral en la casa y, después, sale toda la comitiva al cementerio para enterrar al difunto.
Después del entierro vuelven todos a casa y se hacen dos filas, una de mujeres y otra de hombres, a fin de ratificar el pésame que se había dado antes del funeral. A partir de ahí, las mujeres permanecen todo el rato dentro de la casa y los hombres fuera y se da el café, la comida o la cena, dependiendo de la hora, a todos los asistentes. Durante el resto de la semana, se sigue recibiendo el pésame de la gente, las mujeres siempre dentro de la casa y los hombres, fuera. A todo el que se presente se le ofrece algo de comer, siempre dentro de las posibilidades de la familia. Al tercer día, se hace misa tres y se vuelve a dar una buena comida a todos los asistentes. Este acto se repite al séptimo día, con la misa siete. Con la comida se da por cerrado el duelo oficial.
Los cestos
En mi visita a las Lojas veía unos cestos grandes y con unos agujeros grandes. Enseguida pensé en nuestras costumbres, que eran cestos para guardar los juguetes de los niños, pero son demasiado grandes para los pocos juguetes que los niños suelen tener. Le pregunté a Mia, la mujer que me limpia en casa, y me dijo que hacen la función de armarios, para guardar la ropa. Ante lo caros que son los armarios, es la solución que ha adoptado la gente con menos recursos. Los agujeros son para localizar la ropa que deseas buscar.
Dos nombres
También me llama la atención que todos tienen dos nombres. Uno es el oficial, que normalmente proviene de nombres portugueses y otro, digamos, más nativo, más caboverdiano. El nombre oficial, lógicamente es el que figura en el documento de identidad y el otro es que se usa en la vida cotidiana. Por ejemplo, mi casera se llama Maria das Mercedes y es conocida por todo el mundo como Benvinda. El ahijado de Dujly se llama Marcelo pero su nombre oficial es completamente distinto.
Compras en la calle
Ya os comenté que no hay ni carnicerías ni pescaderías. El pescado se vende directamente en el puerto. Si la pesca es abundante hay que venderla en casa o en las calles. Ahora es la época del bonito o el atún y, como las capturas son muchas, es normal encontrarte en la calle gente vendiendo directamente los productos del mar u oír una caracola que te anuncia que alguna mujer está vendiendo pescado por las casas. Más frescos, imposible. No os iba a poner el precio del atún por no dar envidia pero no me resisto. Un atún entero, sin cabeza (la venden aparte), no llega a treinta euros y pesa 5,5 kilos. Haced cuentas… jajaja.
Esto ocurre también con otros productos que la gente cultiva y los vende directamente. El sábado estaba en casa y oí una chica anunciando “bananas”. La llamas desde la ventana, bajas y compras. Por menos de 1 euro compré una docena de plátanos. También encuentras en la calle un queso de cabra fresco muy bueno. La pieza, 100 escv, menos de un euro. Ahora encuentras mucha calabaza, pues es la época. Son unas calabazas verdes y alargadas con la piel muy blanda, por lo que se come con ella.
Las obras
La semana pasada me metí en obras para mejorar el cuarto de baño. Me he hecho una ducha individual, pues estaba todo junto, sin separación alguna. Os comento lo de la obra porque se da también una curiosidad. Todo lo que inviertas en la mejora de la vivienda y se quede en ella, previo consenso con el casero, te lo descuentas directamente de la renta que le tienes que pagar. Con lo cual, la inversión es cero. Me ha costado 35.000 escv: pues tres meses y medio sin pagar renta.
El otro día os comenté la existencia de unos bidones azules. El próximo día os comento el tema del comercio de productos que viene de Estados Unidos a través de las familias que han emigrado allí.
Espero que os interese lo que os he relatado.
Me gusta mucho que cuentes cosas de la vida cotidiana y curiosidades. El guardarropa muy práctico! vaya suerte lo del pescado y las frutas y el bonito ni te cuento. El funeral me parece que es una manera de no sentirse solo el que no tenga familia, esa unión de las gentes hace no sentirse solo y que den comida me parece una forma de pasar la pena y la ausencia llena de saber.
Besos y abrazos
Me encanta conocer cosillas de ese lugar al que tantas ganas me has dado de conocer .
Lo del trabajo de las hierbas …… en todas partes nos toca el trabajo duro !!!
Muy prácticos los «roperos » ?
Un abrazo