13. Usos, costumbres, curiosidades y problemas. Parte 1

Hoy no tenía un tema monográfico que me permitiese redactar algo con una extensión necesaria para entreteneros.  Por eso, voy a escribir sobre varios temas que sí llaman la atención.

Voy a empezar por el tema mas grave: el agua.

El agua

Este año no ha llovido lo suficiente para que se llenen los tanques para el resto del año. Ya son varios años de sequía, por lo que los depósitos no se recuperan. Este problema lleva a una conclusión rápida e ineludible: el hambre. Aunque suene duro, es la pura realidad.

Es una cadena en la que un eslabón lleva al otro. Sin agua, las cosechas no llegan para abastecer a la gente de los alimentos básicos para su alimentación y que ya os he relatado en alguna ocasión: el maíz y las judías. Esto implica que las familias no pueden almacenar producto para el resto del año y no todo el mundo es capaz de soportar las subidas de precio que esta situación provoca. Gracias que, por lo menos, el arroz se importa.

En algunos sitios ha llovido tan poco que están regando a bidones y lata de agua a lata de agua.

Yo no conozco las consecuencias de esta situación, pero Djuly que ya el año pasado la vivió, me cuenta que la sequía provoca hambre en mucha gente o, por lo menos, disminuye la calidad de su alimentación.

Los taxis

Cuando llegas a Cabo Verde te sorprende el nivel de calidad de los taxis. Por ejemplo, en Mosteiros hay dos marcas de taxis: Toyota Corola, que son un poco más antiguos, y los Kia Sportage, que son más nuevos. Cada ciudad tiene un color propio. Los de Mosteiros son rojos. Los precios son económicos para lo que tenemos en España. No tienen taxímetro, porque todo está fijado: a partir del Centro de Mosteiros se empiezan a contabilizar las carreras. Al resto de los barrios cercanos son 100 escv (0,90 eur). Los barrios que están en la montaña son algo más caros; por ejemplo a Gira Lua son 400 escv. A mí, por “familia” de Djuly y Pedro me lo dejan en 300 escv. Después, ir a cada barrio más lejanos tiene su propia tarifa. Es divertido viajar en ellos porque van saludando a base de pito a todos los conocidos con los que se cruzan. Además, como el uso de cinturón no es obligatorio, todos llevan una música alegre y alta para acallar el campanilleo que avisa de que el cinturón no va puesto.

Taxi caboverdiano

Las chanclas

El calzado más usado es la chancla de un dedo. El calzado más convencional se queda para cuando se visten para ir de fiesta, visita o a la iglesia. El resto del tiempo se lleva la chancla. La llevan desde los niños a las personas mayores. Hay que ver cómo son capaces de correr entre los montes sin ningún problema. Los más modernos y pudientes ya usan las chanclas tipo piscina, pues suelen llevar marca. También se ve a veces a gente que va en chanclas y con los zapatos en la mano o en una bolsa para cambiarse cuando lleguen al lugar de destino. Me imagino que será para que los zapatos duren más pues, por el tipo de empedrado de las calles, los zapatos sufren y tienen más desgaste.

El futbolín

En muchos bares, sobre todo en los de barrio, encuentras futbolines. Los ponen en la calle y la expectación es grande. Tienen la precaución de poner un toldo para que el sol no sea impedimento para el juego durante las horas de sol. Aquí juegan tanto los niños como los mayores. Desconozco si hay campeonatos pero lo que sí es seguro es que se reúne mucha gente alrededor de las partidas de futbolín. Por lo menos, en Mosteiros, no he visto ninguna máquina electrónica en los bares. El futbolín es el rey de las máquinas de los bares. El precio por partida va de 5 a 10 escudos. Me imagino que va en función de la calidad del futbolín.

El Cumpleaños

Una curiosidad que descubrí el día de mi cumpleaños es que aquí la fiesta se empieza por el final, según la costumbre española. Se prepara y coloca todo lo que se va a tomar durante el cumpleaños, tarta incluida. Lo primero que se hace es partir la tarta, se canta el «Cumpleaños feliz» (me lo cantaron en versión caboverdiana) y, entonces, ya se puede empezar con la fiesta. La cosa va con calma pues la intención es que la cosa se prolongue y me da que son más de beber que de comer. La fiesta fue una agradable sorpresa.

Cumpleaños cavoverdiano

El timbre

Una cosa que te llama la atención, aunque yo al principio no caí en la cuenta, es que las casas no tienen timbre para llamar. Hay dos medios para que te abran la puerta: o los típicos golpes en la puerta o llamar a gritos a la persona que estás buscando. El nombre no se pronuncia sólo. Se dice: “Oi Marisa”, por ejemplo. Esta expresión también se usa cuando te encuentras a algún conocido en la calle, es la forma de saludar a los conocidos y normalmente seguido de “tudo bom” o “tudo dreto”.

El paraguas

El paraguas es un instrumento que se usa todo el año, pues se usa tanto para la lluvia como para el sol. Se ve en muchos ocumentales a mujeres resguardase del sol mediante el paraguas. Debido a que por estas tierras las lluvias son pocas, podemos concluir que se usa más como sombrilla para el sol que como paraguas para la luvia.

Las casas

Alguna casa he podido visitar y te llama la atención que las construyen, sobre todo las de una planta, de una forma que nos es familiar a los que hemos vivido en Andalucía. Muchas casas se construyen alrededor de un patio que se convierte en la pieza a la que se adosa el resto de las habitaciones. En esos patios se hace la vida la mayor parte del tiempo, pues facilita la creación de corrientes.

Patio caboverdiano

Los bidones

Casi desde el primer día que llegas ves por muchos sitios unos bidones grandes de plástico azul. Yo diría que cada casa tiene, al menos, uno o dos. Fundamentalmente se usan para almacenar agua en previsión de posibles cortes. Por eso, es fundamental que tengan su tapa. Con el paso de los días, te enteras de su procedencia. Son los recipientes en los que los emigrantes, sobre todo de EE.UU, mandan mercancía para que sus familiares puedan revender y ganarse un dinerillo. De hecho, el primer día encontré un edificio que tenía escrito en su fachada “Agencia de Aduana”. Me llamó mucho la atención que Mosteiros tuviese su propia aduana. Es donde se valora la mercancía y se pregunta por su destino. Según la mercancía y que sea para la reventa o no, así se paga por el bidón. Lógicamente yo me encontré en la casa que alquilé mi correspondiente bidón, aunque el único uso que le he dado por ahora es el de mesita auxiliar. Espero no arrepentirme de no llenarlo de agua el día que la corten.
Los productos de estos bidones dan lugar a puestos de venta callejeros que se ponen delante de la puerta en la misma casa. Otro día ya os hablaré del contenido de esos bidones.

Bidón caboverdiano

Bueno, espero que os haya entretenido un poco.

P.D. Por fin ayer lunes empezó el curso para los niños. Lo hacen un mes más tarde que los demás. Al final, han cambiado a las tres educadoras. Hoy martes se pintará por dentro y quedará terminada la obra a la que algunos colaborasteis.  Por último, pediros que no olvidéis a los niños del Jardim. Ya tenemos tres niños apadrinados más los tres que apadrinamos los de aquí. Nos faltan pocos. Animaros por fa, son sólo 35 euros/año.

Un comentario

  1. Mar Cirujano dice:

    Cada día más ganas de ir . Me ha encantado el tema de las chanclas y lo de la tarta de cumpleaños !!! Empezar por el final es empezar dulcemente ! ?
    Un abrazo

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