17. Las barreras del idioma

A lo largo de mi vida he tenido oportunidad de aprender varios idiomas. Durante mi época de magisterio llegué a aprender mucho inglés. Creo que llegué a dominarlo a un nivel alto. Por desgracia lo he perdido, en gran parte, por falta de uso y timidez. Aunque he tenido intentos de reverdecerlo siempre he fracasado en el intento. Intento que voy a retomar ahora con la tranquilidad de mi jubilación y en la paz de Cabo Verde, a la vejez viruelas que diría el otro. De hecho, me estoy trayendo poco a poco un método de inglés que era de mi cuñado Santiago y donado para la causa por mi hermana Loli. En cuatro meses que llevo aquí todavía no he empezado, espero no sea la tónica. Espero terminar con los detalles de montar la casa y tener el tema del Jardím encarrilado para marcarme un horario y EMPEZAR. Reconozco, además, que soy duro de oído y boca, me cuesta coger las entonaciones y modular correctamente pero, poco a poco, hila la vieja el copo.

Otros idiomas que he podido aprender son el checo y el ruso. En ambos he tenido un obstáculo para aprenderlos. He convivido con personas que hablaban el castellano y no he tenido que esforzarme para poder disfrutar de los países que hablan dichos idiomas. Estos idiomas los he podido estudiar con apoyo de libros y discos, lo cual me proporcionó un nivel mínimo para poder leer y entender lo justo para poder comprar cosas, desenvolverme en niveles básicos y mantener pequeñas conversaciones. Lo primero que aprendí en los dos idiomas fue la carta de los restaurantes, no se por qué sería… jajaja.

Esto os lo cuento para que comprendáis el problema de aprender el kriolo. Como dialecto que es, no tiene libros donde estudiarlo. La enseñanza y trasmisión del idioma es boca a boca. Eso lleva, además, a que existan zonas donde cada uno lo hable un poco a su manera y con palabras propias. Además me encuentro, otra vez, con la «desventaja» de tener a personas que hablan castellano, lo que también me impide avanzar. Aunque gracias a que Djuly domina bastante el kriolo —de hecho mantiene conversaciones, sin problemas, con los nativos—, esto favorece que vaya aprendiendo poco a poco.

Al principio me ocurría con ella un fenómeno curioso. La escuchaba hablar y no sabía si hablaba en kriolo o una mezcla de palabras kriolas, portuguesas y castellanas. Al comentar el hecho con ella me explicó que el kriolo tiene palabras autóctonas, portuguesas y palabras que usamos en España, unas con igual sentido y otras que, aunque son iguales, tienen otra interpretación. Se nota la presencia portuguesa en muchas palabras modernas que el kriolo no tenía y que ha ido adquiriendo del portugués. El mismo fenómeno de asimilación que nosotros estamos sufriendo con incorporación de anglicismos ahora como en tiempos anteriores adoptamos palabras romanas, árabes o judías.

En el caso de Cabo Verde, ante la imposibilidad de estudiar el idioma (no hay ningún libro de gramática) tengo suerte por la disponibilidad y esfuerzo que hacen los nativos para entenderte y hacerse entender. Te hablan sin ningún complejo y, si les haces notar que no hablas kriolo y que entiendes poco, vuelven a repetirlo más despacio, en la creencia “lógica” de que así entiendes mejor. Al final, como siempre, los gestos suplen muchas de las carencias.

Hay diversos niveles de entendimiento según con la persona que hablas. Hay quien sabe un poco de portugués y con ellos es mas fácil entenderte porque usan palabras mas “cultas” (portuguesas). Hay también gente que emigró y habla el idioma del país al que se marchó y, como yo “chapurreo” un poco de todo, llego a entender más. Por último, están los que sólo hablan kriolo y ahí empiezan las dificultades.

Un ejemplo de esto último es una persona anciana que tengo por vecina y que hemos entablado una bonita amistad. Es de las nativas nativas. Viste al estilo Kriolo (a mi me parece bastante herencia que vi en los pueblos portugueses hace tiempo), tiene costumbre de esnifar tabaco, vive en el dintel de la puerta de su casa, sentada en una silla, como nuestras abuelas de los pueblos (aquí se vive mucho en la calle, sobre todo, cuando refresca a la caída del sol) y que me habla y habla pensando que entiendo todo. Yo me protejo con la típica sonrisa del que no entiende nada. Pero al final los dos reímos y nos quedamos contentos.

Vecina

Otra persona que me está ayudando a prender kriolo es la mujer que viene a limpiar a casa. Es una persona que gusta de messenger y me escribe con frecuencia, con lo que voy adquiriendo vocabulario coloquial poco a poco.

Lo más difícil es hablar por teléfono pues, al no ver al interlocutor y no poder completar sus palabras con gestos, el entendimiento se acorta. Esto con los taxistas es especialmente dificultoso. Pero ya decía el dicho “suplirás con inteligencia la falta de medios” y, al tener 2-3 taxistas fijos, hemos llegado a tener unos códigos para “tontos” pero que facilitan el trabajo: trabajas no trabajas, ocupado no ocupado, fijar el tiempo que tardará en venir…

En mi afán de aprender el idioma, pues me apetece llegar a poder entenderles y que me entiendan, fui hace poco a la biblioteca de la Cámara, a ver que encontraba. Sólo hay disponibles cuatro tomos de historias tradicionales que se han trasmitido oralmente y que se han recogido es esos cuatro libros bastante extensos. Lógicamente, no voy a entender todo lo que allí se relata pero me va a servir para recoger vocabulario, ver cómo se construyen las frases … Me llevé uno a casa para ir viendo, poco a poco, cómo le meto mano al kriolo.

Os voy a escribir, para que veáis mis progresos, una serie de palabras y expresiones que suenan igual que en el español y en el sentido que ellos las usan.

Parodia = fiesta.

Ligar = llamar por teléfono.

Bolo = bizcocho, pastel.

Desorientado = tonto.

Fatigado = quisquilloso, pejigero.

Apasionado = enamorado.

Propio = cierto.

Preciso = necesito.

Garrafa = botella.

Una que me gusta mucho es Chatear cabeza = no me comas la cabeza. Más o menos = regular y, por último, moco = borracho.

Después, existen muchas palabras que suenan y se usan igual que en español y otras muchas portuguesas que también ayudan a comprender.

Igual que en el portugués, para describir una cosa emplean varias palabras, como para fijar su uso. La última que he aprendido es cremallera : Feixo de ropa.

Como decimos TODOS a los que nos hablan en otro idioma y no entendemos: hablan muy rápido.

Plural: 3 Comentarios

  1. PAZ dice:

    Ánimo Rafa. aprender lenguas teniendo tiempo … ¡todo un lujo de jubilado!

  2. PILAR CIRUJANO MARIN dice:

    Suplirás con tu inteligencia la falta de combustible (decía papá). Vas ha tener que ir al Jardim para aprender porque con los niños es más fácil!!!!! Que disfrutes el paquete. Muchos besos hermano

  3. Mar dice:

    Cómo me siento identifica!!!
    Animo que tu puedes !
    Pienso que con esas palabras españolas con diferentes significados , hasta que aprendas puedes hacer unas frases muy divertidas y puede ser muy fácil los malentendidos !!!
    Un abrazo !

Los comentarios están cerrados.