No voy a ser muy prolijo en el viaje pues sólo son horas de avión y enlazar un vuelo tras otro hasta coger cuatro aviones. Cogí el vuelo más fácil, por comodidad de entender todo y llegar a buena hora al punto final del primer día: Praia, capital de cabo Verde.
Al ir ganando horas parece que el vuelo es más corto pero, en realidad, me tiré desde la llegaba a Barajas, gracias a mi amigo José Carlos, que se levantó a las 4 de la mañana para llevarme, hasta llegar a Praia entre vuelos y enlaces como unas 11 horas pero, gracias a la diferencia horaria, se quedan en 8 horas de reloj.
Plan de vuelo: Madrid-Gran Canarias-Escala-Sal (Cabo Verde)-Praia (Capital de Cabo Verde)-Dormida en Praia-Vuelo a San Felipe.
Al salir del aeropuerto «sufrí» el primer asalto al turista blanco. Me pidieron 2000 ecv (unos 18 euros) por el trayecto pero, gracias al asesoramiento de mi amigo Pedro, mi ofrecimiento fue de 700 ecv (6 euros) que, al final, se quedaron en 800 ecv (7 euros).
Dormí en Praia. Por temor a ciertos comentarios de inseguridad en Praia, busqué un hotel céntrico, cerca del aeropuerto y en una buena zona llena de colegios y embajadas. El hotel era equivalente a una pensión española; lo único bueno era el aire acondicionado y la amabilidad del recepcionista. Amabilidad que puedes extender a casi todos los caboverdianos. Por la mañana también comprobé que el desayuno ya empezaba a convertirse en coboverdiano: zumo natural de papaya, mango, plátanos… Buen desayuno.
Como el hotel no daba cenas salí a dar una vuelta a buscar algún sitio donde tomar algo, pero la humedad me echó para atrás pues el sudor me empapó la camisa por lo que decidí volver al hotel, ducharme e irme a dormir pues el día había sido duro.
Madrugué para tomar el avión a San Felipe, capital de Fogo y último trámite para llegar a destino. Vuelo corto de sólo media hora. Por primera vez me reciben en el aeropuerto con un cartel con mi nombre, lo que me hizo gracia y me hizo sentirme «importante».
Me monté en una Toyota «Hiace» (Taxi colectivo que en otra entrada os explicaré como funciona el tema).
Me acercó a la Plaza del mercado que es donde aparcan todas las «Hiace» que unen todos los puntos de la isla con la capital. Me dio una hora y media libre mientras los pasajeros que había traído terminaban de hacer sus compras.
Llegadas las 12 emprendemos el viaje al destino final: MOSTEIROS. Una vez cargada emprendemos un recorrido por toda la ciudad recogiendo mas pasajeros y encargos que se van colocando tanto unos como otros hasta completar aforo, unas 15 personas más compras. Una de mis mochilas acabó entre mis piernas pues llevábamos mas carga de la prevista.
Lo primero que sorprende es que las carreteras son empedradas, no hay asfalto por ningún sitio. La carretera es de costa lo que supone que a los baches del empredado se unen las curvas junto a las subidas y bajadas.
Tras dos horas de viaje llegamos a Mosteiros. Destino final y comienzo de la Experiencia en Cabo Verde.
P.D.: La maleta no se perdió a pesar de tantas escalas. No las tenía todas conmigo.
Rafa, mucha suerte.
Me alegro y me da mucha envidia tu magnífica aventura.
Tío grande.
Sigue así, continúa publicando cosas.???
gracias amigo te espero por aquí
Kino abrió la veda viajera y los escritos!!!!!! Me ha sabido a poco.
Hermano una nueva etapa y pinta muy bien. Un beso
Mucha suerte en ese nuevo suelo que pisas . Que disfrutes de cada momento . No dejes de contarnos .