15. Ciudadano del mundo bajo la luna y las estrellas

Me vais a permitir que os dé un poco la vara. Esta vez no os voy a contar anécdotas, usos y costumbres.

El otro día estaba escuchando la radio. Sí, me gasto parte de la pensión en poder escuchar las radios españolas. La radio siempre me ha gustado y me ha acompañado mucho. No sólo el fútbol, que sí, sino las tertulias y otros muchos programas. Os decía que escuchando la radio oí a una mujer de Senegal que había ido a vivir a Ibiza y que, desde el primer momento, se sintió acogida. Ello me llevó a reflexionar sobre esta situación a lo largo de mi vida y he decidido compartir con vosotros una filosofía de vida que he llevado durante casi toda mi vida.

Creo que en los diversos escritos he dejado vislumbrar que me encuentro a gusto en el momento y sitio en el que me encuentro. Tener la sensación de haber acertado en mi decisión. Estar FELIZ, en una palabra.

En ciertos momentos me da como un “repullo”, no sé si es la palabra adecuada para describir la sensación de estar contento con la decisión tomada. Tengo momentos de estar tranquilo, relajándome, reflexionando y sentir un no se qué de satisfacción.
La verdad que he viajado todo lo que he podido. Siempre he buscado lo bueno de la gente y los lugares que he visitado y vivido. Siempre he procurado adaptarme a los usos y costumbres de donde he residido más o menos tiempo, incluso en el corto periodo de unas vacaciones. Siempre me ha gustado disfrutar de lo bueno que encontraba y acomodarme, lo mejor posible, a las carencias casi siempre inevitables y, por tanto, inútil combatirlas . Aunque en los sitios que he permanecido más tiempo sí he procurado mejorar en lo posible esas carencias. He procurado dejar a un lado el aspecto “crítico”, el criticar todo aquello que no me ha gustado de las personas o situaciones. Eso no quiere decir que ignorase ciertas cosas que creo estaban mal, pero sí que no fuese obstáculo para ver y disfrutar de lo bueno.

Esta actitud me ha proporcionado la sensación de ser admitido y aceptado en todos los sitios. En Canarias intenté ser canario; en Andalucía, andaluz; en la República Checa, checo; en Rusia, ruso y, ahora en Cabo Verde, caboverdiano. Bien es verdad que en unos sitios ha sido mas fácil que en otros pero, por lo menos, siempre lo he intentado y me ha ido bien, incluso con la dificultad del idioma. Soy tan torpe con los idiomas que después de las oportunidades para hablarlos solo he conseguido defenderme para lo justo.

En este sentido siempre me ha gustado aplicar el refrán tan castizo como “no eres de donde naces, sino de donde paces”. Siempre me he sentido ciudadano del mundo y las estrellas han sido mi bandera y desde hace poco, gracias a Mar Cirujano (sobrina segunda) he puesto la luna en esa bandera.

En la situación actual, quizá el sitio donde no me he sentido extraño en ningún momento y me he sentido acogido desde el principio es Cabo Verde. Puedes pensar que vienes a un país pobre y que pueden pensar que aquí viene el “blanco” a … pues nada de eso. A medida que ven que haces las mismas cosas que ellos, que te adaptas a su forma de vida, más te acogen, y eso que sienten extrañeza de que alguien de un país más avanzado que el suyo venga a vivir aquí. Creo que ellos valoran MUY positivamente que renuncies a ciertas cosas por venir a vivir con ellos.

El venirte a un país como Cabo Verde supone echar el freno de mano en muchos aspectos. Tienes que adaptarte a muchas cosas y renunciar a otras. En la medida en que aceptas esto, estás sentando las bases para ser feliz en el sitio que has decidido que va a ser tu nuevo hogar y empiezas a ingeniártelas para suplir esas carencias. Siempre ayudado, todo hay que decirlo, que cuentas con un soporte económico que te ayuda a hacerlo.

Hay pequeños signos de la vida cotidiana que ayudan a la integración. La gente te saluda como se saludan entre ellos. Algunos, incluso, te hacen el signo más personal, que es chocar los puños y llevarlo al corazón; y eso que muchos no te conocen de nada, aunque ya empiezo a sospechar que soy muy «conocido», casi todos saben donde vivo y, muchos, hasta el nombre . Me hablan, aún sabiendo que no hay muchas posibilidades de entendernos, hacen esfuerzos por entenderse conmigo. Se sienten “felices” de ver que ya chapurreo alguna palabra que otra en kriolo, que compro en sus lojas, que voy al mercado, que busco productos entre las vendedoras ambulantes, que voy al puerto a ver a los pescadores y a comprar el fruto de su esfuerzo, que tomo cervezas en sus modestos bares (sin tapa jajaja), que me gusta su música… en resumen, que vivo como ellos, a pesar de ser inevitable que de la sensación de “extranjero rico”, aunque intente no parecerlo.

Aprendes de ellos, como dentro de su pobreza, están dispuestos a compartir contigo lo poco que tienen. Te abren las puertas de sus modestas casas sin complejos. Es lo que yo llamo pobreza con dignidad. No se abandonan a su suerte. Combaten. Intentan superar las dificultades que tienen en sus trabajos, la carencia de medios económicos, las dificultades del clima. Aprendes de ellos a conformarte con lo que está a tu alcance, a no echar de menos ciertas cosas.

Aprendes A SER FELIZ con lo que tienes y te rodea. Aprendes a DISFRUTAR de lo que tienes. A ser FELIZ, en definitiva.

Plural: 8 Comentarios

  1. PAZ dice:

    Todos tus relatos nos han acercado un poco a tu nueva vida. Éste me ha llenado el corazón. Gracias hermano

  2. Felix Benito de Motta dice:

    Cuando una persoma es aceptada con la celeridad como lo has sido tu, en una sociedad ajena a la que hasta ahora habia sido la tuya, no solo indica tu capacidad de adaptacion , sino que nos dice de una manera muy ckara lo limpio de tu mente y de tu corazon.
    Tu felicid es la mia y alli donde estes tendras siempre un rincon en mi corazon y en mi memoria.
    Un abrazo muy fuerte hermano-

  3. Anna dice:

    Me encanta leer todos tus relatos, conocer otras realidades de primera mano. Y este me gustó especialmente por personal que es.
    Enhorabuena, sigue así de FELIZ , contagiandonos está felicidad.
    Un gran abrazo!!

  4. PILAR CIRUJANO MARIN dice:

    Mi hermano feliz me hace a mí feliz. Es maravilloso leerte y sentir contigo y aunque cada uno estemos en un lugar diferente todos estamos bajo la misma luna y Mar siempre nos la ha acercado. Cuando uno siente dentro esa felicidad da igual donde estes y es la única manera de repartirla a los demás.
    Te quiero hermano.

  5. Almudena dice:

    Rafa me encanta tu relato, pero lo que más me gusta es que te sientas bien y feliz!!!!

  6. Loli H. Vozmediano dice:

    Me sigue gustando mucho lo quite dices. Lo comparto y siento que es c posible ser feliz en cualquier sitio, siempre que c se esté dispuesto a adaptarse.
    Un abrazo fuerte.
    Loli, la de Marciano.
    Pd. Añado a Marciano porque lolis hay muchas en esta familia .

  7. Muzungu dice:

    Gracias Tovarich. Tu felicidad hace feliz

  8. Mar dice:

    Me ha gustado no , requetegustado ! Y siento que compartía contigo lo que escribías . Una parte de nuestra gran familia hemos salido muy nómadas , seguro que no soy la única que al leerlo se ha sentido indetificada ( hasta en aquello de los idiomas !).
    Me alegra mucho haberte acercado la luna !!!!!
    Gracias por tus reflexiones.
    Sonrisas para tu día

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